martes, 31 de diciembre de 2013

Querido 2013

Querido 2013, yo también quiero escribirte algo, ya que a escasas horas de terminar el día, siento que he pasado unos días maravillosos este año, aunque si hubiera sido lo contrario no lo hubiera tomado contra ti, y escribir que fuiste terrible, porque solo formas parte de la historia personal que cada uno se va formando y además, hay diferentes factores, llámese destino, llámese fatalidad, trabajo, esfuerzo y decisión.

Comencé trabajando, el primer día del año tenía guardia en mi servicio social y la pasé impacientemente , preguntenme el día de hoy si quiero que pasen con tanta prisa los días, y para algunas cosas contestaría que sí, para unas otras definitivamente no, y son la mayoría. Enero en general, mes tranquilo, adaptarse al joven 2013, seguir estudiando para la gran prueba de septiembre, en general en estos momentos no recuerdo mucho enero,  solo que cubrí mi servicio social y que fue cálido. Inició mi hermano en el negocio de la ropa el día primero, tuvo que viajar precipitadamente a Obregón, gracias a Dios todo salió bien.

Febrero, una fecha especial en el lugar donde estaba, porque se festejaba el día del ejido de la comunidad, así que fueron tiempos de fiesta y alegría, comía muchos taquitos de asada que en ningún lugar saben prepara mejor que en Autan, llenos de un juguito. Pasaba los días con mis abuelas, y mi hermano seguía en el negocio de la ropa, creo que por esas fechas fue a Sonora nuevamente, y ahí comenzaba la tragedia de tener el pleito más horrible de mi vida con una persona que hasta hace poco estimaba ahora solo la quiero ver lejos, lejos de mi.

Marzo, mes de viaje a Puerto Vallarta, buenos días, económicamente me sentía independiente, graduación de mi prima querida, y una lesión que consideré sería un esguince y que vergonzosamente me mal diagnostiqué. Estaba el 28 de marzo en guardia de semana santa en la clínica acompañada por mi enfermera cuando note edema en mi pie izquierdo, eritema, dolor, y dolor al apoyo. En los siguientes días mi tía Chona hermosa  me daba con sus artríticos dedos masajito en mi pie porque decía que tenía un huesito sobresalido, yo insistía que tal vez tendría algo traumático, que no mejoraba por la falta de reposo, mucho trabajo, y además me sentía muy contenta en Autan a pesar de todo, disfrutaba  mucho sus días cálidos. Se abrió la convocatoria para inscribirnos al examen nacional, y luche con mi corazón para elegir la opción adecuada, todo el tiempo pensé que sería traumatología y ortopedia, pero después de una introspección seleccione lo que considere sería lo correcto.

Abril, fecha de aventuras, porque empezamos la danza San Isidro Labrador en señal de agradecimiento por las cirugías que habían tenido algunos familiares en fechas recientes y que con la gracia de Dios todo había sido para bien. Entonces, empezamos a organizar una danza religiosa para las fiestas patronales de la comunidad, se trataba de organizar una danza de gente adulta, donde se tomaran las cosas con seriedad y también donde la madurez se dejara notar en los ensayos, fue muy complicado, aun así surgieron desacuerdos que amenazaron el buen termino del proyecto. Además, por esas fechas yo tenía mucho trabajo, y era tiempo de estudiar mucho, se acercaba la gran prueba y no valía la pena sacrificar eso por el tiempo dedicado a danzar, pero era muy divertido aunque no era muy cumplida en los ensayos, ni tampoco estaba estudiando, ya que en varias ocasiones me sorprendí riéndome a carcajadas con mi amigo Juan el guardia de la clínica y mi amiga Geno, hacíamos "un cotorreo chisme", las tardes que estaba con ellos comprabamos coca-cola y platicábamos mucho. Mandamos a hacer traje especial con sastre y toda la cosa, profesionalismo, tendría que haber.

Mayo, se estaba terminando mi servicio, y yo seguía en la diversión, ensayando y lista para iniciar las fiestas patronales con el proyecto de la danza, aun así varios de mis familiares no comprendieron y me tacharon de ridícula, cosa que la verdad no me detenía, pues muchas veces no he tenido su aprobación y la verdad no la he necesitado. Salió todo muy bien y animado, aunque seguí teniendo muchos problemas por cierto conflicto que no vale la pena, bailaba con las chicas, y me divertia,  por el otro la conciencia no me abandonaba por las cosas que tenia que hacer,  la falta de estudio y avanzar en la lectura. Por fin paso lo que no podía aceptar, ya no podía caminar, ya estaba muy deteriorada mi lesión del pie,  me dolía el apoyo, y sentía perdida de la sensibilidad, me decidí a tomarme unas placas, al parecer tenia fractura de un radio, tal vez eso me creí por el dolor intenso, tuve que dejar la danza, me incapacite y me fui a descansar, andaba de ridícula con yeso que no aguantaba y lo peor no mejoraba, al final fui diagnosticada con celulitis, me tuvieron que dar días de reposo (tengo edema residual hasta el día de hoy). También en mayo hice mi examen ceneval, venía cansada y desenfocada por mis otras actividades, resultado que me costo mucho asimilar, pase pero me sentí totalmente decepcionada, eso me hizo sentir de lo peor, más que las otras cosas.

Junio, superando la decepción del ceneval, tuve que seguir estudiando para terminar el plan del enarm, seguía de nómada, solo un día me quedaba en casa en Tepic, el resto en Autan, para viajar más segura viajaba en autobus, el calor ya era sofocador, y ya no podía tener siestas vespertinas, aunque me sintiera cansada de cosas que la verdad no sé porque me agobiaban. Extraño mi comida de Autan, cereal, atún, coca cola light, perdi 7kg, que ya recupere pero me demostré que si me pongo en eso puedo dominar la ansiedad. Seguía en un estado de desesperación, no veía cosas positivas en ese momento, el resultado del ceneval se quedaba en el aire y me sentía totalmente ineficiente y torpe, inconsistente sobre todo, además cada día desconfiaba más de mi capacidad de quedar seleccionada en el nacional de residencias y desesperaba porque sentía que estaba apostando más que la oportunidad de ser especialista, también un sueño de vida y la inversión que habían hecho mis padres al solventarme económicamente estos años en una carrera universitaria tan larga.

Julio, el final se acerca, hubo días lo he de admitir, que esto me pareció insoportable por los problemas que originaron mi situación de familiares, pero los días se están escapando, el calor es asfixiante, agotador, no duermes porque no te lo permite así el clima, empapas la cama de sudor, te mueves de un lado a otro, y no sabes a que hora de la madrugada el cansancio y la resignación te vencen para poder conciliar el sueño, pero cuando apenas estas descansando y el aire se vuelve más fresco, llega la hora de iniciar las labores cotidianas del siguiente día. Por costumbre, aplicamos en la misma situación que muchas personas, dejamos las cosas al ultimo, y mi compañero de servicio y yo sufrimos por tener que armar nuevos registros de vacunación y nuevo censo que solo poco ayude a construir, fue más difícil y demandante de lo esperado y se junto con mi informe final que la verdad termine a duras penas, descuidando mis horas de estudio y trabajando a medias, además en medio de un desastre en mi escritorio, no se como ni de donde pude hacer tantos cálculos y termine, para que al final me percatara que no revise la ortografía. El final llego en un abrir y cerrar de ojos, y pronto tuve que abandonar lo que ya no me pertenecía solo me quede un día más para convivir con mis amigos que había dejado en la clínica quienes tan generosamente me organizaron una rica comida.

Agosto, disfrutar los días de calor ahora en mi casa, al son de las lluvias y los días húmedos, tratar que la rutina de casa no me absorbiera y me hiciera recuperar mi anterior peso producto de la carrera (entre con 68 kilos a la facultad y salí con 79, ya en el internado salí con 77 y termine como en 70). Regresó la Universidad a laborar, y me esperaba un calvario de tramites administrativos para que al fin me liberaran el servicio social, también un sin fin de pagos que la verdad no tenían nombre, pero en fin, estaba en sus manos, y no tenía a donde hacerme porque de eso dependía la expedición de mi título. Por otro lado nos hicieron hacer pagos de más por mala información, que hasta la fecha ni me he tomado la molestia de reclamar. Esos días de agosto me sentía ocupada, y también agobiada, entre pláticas de resignación transcurrían los días con mis compañeros, así como miles de vueltas y tramites. Muchas días nos juntamos a estudiar, a repasar casos clínicos de ahí en adelante, el grado de estrés ya era algo sumamente pesado, se sentía en el aire, en la tierra y en todo lugar donde estabas, cargabas con una responsabilidad enorme, y al repasar con mis amigos de toda la vida me sentía devastada y hundida, no estaba al nivel de ellos, a parte de mi sentido de inferioridad, tenia presente  las palabras de uno de mis mejores amigos como que si fueran proféticas cuando elegimos la plaza de servicio social "tu cometiste un error", eran tan resonantes en ese momento que me llenaban de conmoción. La preparación fue de todo el año para el gran momento, y a este nivel ya era intensiva, ahora teníamos por las mañanas que levantarnos temprano no a nuestra consulta y demás actividades del servicio social, ahora era momento de correr a la biblioteca a estudiar con nuestros amigos, casos clínicos, casos y más casos, me sentía más arrastrada al ver el nivel de mis compañeros que mi actitud empezó a ser resignada, creí que todos eran propietarios de una preparación excelente, y le rogué mucho al cielo que me iluminara, que no pesara en mi los momentos que tuve que trabajar por las tardes, que tuve que danzar y otras vagabundiadas. Uno de esos días tuve una platica con una de mis grandes amigas, y me sorprendí mucho al enterarme que varios teníamos ese sentimiento extraño de lo desconocido, con ansiedad esperábamos el día que tal vez lo sentimos en todo momento como lo que iba o cambiara nuestro futuro y la vida entera.

Septiembre, ni llorar era bueno en un inicio, ya se había acabado el año de preparación, ya habíamos acordado que en la semana previa nada de estrés ni repaso, pero la verdad nadie pudo evitarlo en todo momento, y seguimos, seguimos hasta donde la conciencia nos permitió, y le pedí tanto a Dios que no me abandonara. Viajamos a la sede de nuestro examen nacional el 5 de septiembre, nos llevo el hermano de nuestra buena amiga, quien a parte de transporte, nos proporciono hospedaje. El primer día fue instalarnos, el 6 de ir a conocer la sede y de estar lo más tranquilo y descansado posible, recuerdo todo el día, nos levantamos a las cinco de la mañana, y fuimos a conocer el lugar, donde ya varios habían iniciado lo acordado por el destino. De regreso paramos en un oxxo a comprar cosas para desayunar,  mi mamá me encomendó sobre todas las cosas que comiera bien, desayune ese día licuado de yogurt, manzana, y dos empanadas integrales, los demás eligieron café pero aunque amo la cafeína sentía que eso no era bueno para mi simpático en ese momento. Comimos en una plaza comercial, y ya se dejaban ver los primeros resultados de conocidos, luego compramos unas cosas para tener preparado el desayuno, compramos dieta polimérica y lo necesario para hacer un sandwich. El día se esfumo y nuestros amigos nos dejaban vislumbrar algunos resultados, el estrés subía y repasábamos y repasábamos, aunque honestamente yo ya sentia el cerebro fundido y los ojos pegados, lo que mas quería era dormir temprano y poder dormir, que nada me perturbara el sueño reparador, así que me dormí, y gracias a Dios pude tener un buen descanso, a la mañana seleccionada, todos nos arreglamos de prisa y en silencio, decidí llevar mis lentes, porque la verdad ¿para qué me resistía? llegaba un punto en que sin ellos no podía ver nada después de un rato. Todos con nuestra documentación entramos al carro del hermano de mi amiga, muy a nuestro modo tratamos cada uno de estar tranquilos las siguientes nueve horas, y a mi sorpresa repasamos también en el camino y yo alcancé a leer algo sobre tratamiento de cierta patología prevenible por vacunación que fue pregunta del contenido de mi examen. Llegamos y nos registramos, todo el personal muy amable, nos encontramos con todos los compañeros de la universidad que casualmente eligieron el mismo día y sede, así que hizo el momento más relajado, además me compartieron dulces porque ese detalle no lo tomamos muy en cuenta. Iniciamos el examen con una solemne fila para ingresar a las computadoras donde tenían nuestro folio, y estaba muy intranquila, volteaba a ver a todos lados, a ver a todos, lucían con una tranquilidad de acero,  era el manojo de ansiedad más perceptible a cien kilómetros de distancia. Inicio el examen y me sentí lenta, poco distraída, y con mucha incertidumbre, además con ganas de matar a la compañera que tenia enfrente, movía la mesa, me pateaba, hacia ruiditos. La doctora que estaba a mi lado izquierdo termino con una prontitud extraordinaria, la de mi derecha era una conocida de mi universidad de una generación antes, y la de enfrente lucia desconcentrada total. Termino la primera parte y llego el tiempo para ir a comer, todos terminaron rápido y mi apenas me basto el tiempo, los que fueron compañeros de curso lucían bastante optimistas, y su seguridad hasta denotaba cierta superioridad en ese momento, así que algunos compañero y yo nos alejamos, cada quien tratando de estar lo más relajado y concentrado en la segunda parte. Inicio la segunda parte, me pareció que llevaba buen ritmo, y a la hora o tal vez sería a la hora y media ya tenia todo contestado, me sorprendía ver el movimiento, comenzaban a levantarse por los resutados varios aspirantes, decidí revisar todas las preguntas de una por una y cambie 2 respuesta que me pude percatar que estaba contestando completamente lo contrario a lo preguntado. Llego el momento de cerrar mi examen, y solo le pedía a Dios que lo que sentía no me hubiera engañado, que fuera lo que el decidiera pero por ninguna razón llorara ni me derrotara, que fuera fuerte. Eran 100 metros o más del área del examen hasta donde te imprimen los resultados, los camine muy lentamente y a la mitad del camino me detuve solo para respirar profundo y pedir al cielo que pasara lo que pasara no llorara. Por fin, algo temblorosa llegue al sitio donde imprimirían mi resultado, dí mi folio y la persona que me atendió me reconoció porque fue la misma que registro mi llegada, vio mi resultado y se sonrió, en ese momento no sabia si esa sonrisa indicaba algo bueno o tal vez era consuelo "te lo digo en voz alta", y yo decidida "no por favor", me entrego, vi mi puntaje y le pregunte si era ese en efecto "sí, ese es" pase a firmar mi resultado y mi firma no se parece nada tenia demasiada adrenalina y glucosa producto de los veinte chocolates que comí en el transcurso del día que posteriormente me causaron una odontalgia tremenda. Salí y respire, vi que mis compañeros ya tenían sus resultados y todos se encontraban contentos, y algunos con esperanza, y por lo menos en ese instante mi sensación fue de esperanza.

Octubre, seguir con los tramites, y esperar resultados. Resultados que fueron alentadores, y el 24 ya estábamos esperando felizmente la constancia de aceptación al curso de la especialidad, después de tantas sensaciones, tendríamos en la mano el documento "La medica mexicana..." de aceptación, un lugar, una esperanza. Muchos de nuestros compañeros que también trabajaron duro quedaron muy cerca, pero estoy segura que trabajaran mucho más y que estarán dentro pronto. Ahora, llegaba el periodo en el que tal vez quedar fue lo más sencillo, había que iniciar una serie de pasos para registrarnos en el lugar donde queríamos ser alumnos de la residencia.

Noviembre, momento de llevar a revisión documentos para aspirar a un lugar lo posiblemente cerca de tu hogar y además que te ofreciera la seguridad de buena formación académica. El día 3 de noviembre obtuve por fin mi titulo de Médico General, firmado y todo así que adiós escuela por lo pronto. Primera vuelta a Guadalajara, literal para la primera vuelta, rápida y acompañada de mis amigos. Pero las cosas pasan y también las necesidades cambian, en este caso las mías fueron distintas, empecé a trabajar para una farmacia, donde por ser médicos titulados el 3 de noviembre pero aun sin cédula teníamos el respaldo para ejercer, pero económicamente no era bueno, así que a trabajar para no estar tan desocupado en otra cosa, y así inicio la aventura, que aun no ha acabado pero me deja enseñanzas y otras amistades. Resultados a finales de mes, y gracias de nueva cuenta al cielo, quedo algo cerca y en un buen lugar.

Diciembre, mujer trabajadora, y decidida, no podía quedarme en casa, porque ya estaba acostumbrada a tener ingresos, el trabajo no era muy favorable. Relativamente pesado emocionalmente y por crisis extras en mi vida, pero creo que lo salí lo mejor que pude y con salud que es lo importante gracias a Diosito que no me ha abandonado en ningún momento, y a la fortaleza que me han dado mis seres queridos. Así que este mes me hice más vieja, me llene de cansancio, cruce por muchos estados de animo y a la vez aprendí cosas nuevas. Solo espero que Dios no nos desampare nunca porque de lo contrario si me sentiré perdida y aquí estaré si es así para seguir y seguir, y quedan muchas cosas pendientes, espero que todo salga bien, y que la salud y el amor no falten porque es el verdadero complemento de la vida.

Pues en mi caso fue un año distinto, hubo tantas emociones, tantas alegrías, tanta diversión, momentos de sentimientos negativos desconocidos y de pésima actitud se fueron, vinieron, se volvieron a ir. Amigos creo que este año hice muchos y muy buenos, encontré personas que fueron muy importantes en determinado momento y me ayudaron a encontrar solución a situaciones que tal vez me parecían adversas, aprendí de la vida, aprendí de los seres humanos,  y sin duda pienso que me hice algo más fuerte. Un año más vivido, gracias a Dios.

Esperanza y amor.

ºººeldattaººº