viernes, 25 de junio de 2010

Me gustan los finales dramáticos.

Hola a todo el mundo que de casualidad encuentra esto. Aquí estoy de vuelta llena de felicidad después de un largo tiempo de abandonar mi hermoso espacio.

Todo comienza cuando acabamos la mitad del quinto, o mejor dicho el quinto semestre de mi adorada carrera, la cual es mi vida. Llena de entusiasmo y creo que hasta con ingenuas intenciones, comencé andar por este valle de penurias, llamado sexto semestre, o sexto ciclo. Cambios muy importantes en esta mitad de mi tercer año de medicina; uno de ellos anunciado, parte de nuestro equipo y nuestro amigo, Paul emigra a tierras del camote, y se lleva con el parte de nuestro poder organizacional (la unión hace la fuerza, y como lo dijera la maestra Martha somos un buen equipo de trabajo), y también se lleva a nuestro adorado Mike (¿ó Mike se lo lleva a él?). El chiste es que nos dejaron, pero estamos muy contentas por ellos. Así, internandome en mis mejores tiempos del año escolar (porque dejenme decirles que en lo particular el clima frío me motiva), inició el nuevo semestre. Realmente la mitad del sexto fue muy bonita, hasta ahora lo que más me ha gustado de mi adorada carrera. Me motivo mucho, este semestre y me extasiaba con mis prácticas profesionales. Primera ocasión que se nos permite elegir el campo clínico, lo cual aplaudo porque fue muy justo, no como el ciclo pasado que me mandaron a la UMF Nº24 IMSS, no me quejo, me la pase muy padre todo gracias a que nuestro enlace clínico nos dedicaba tiempo para darnos clases y dejarnos tarea, pero me desalentó el hecho de que por circunstancias ajenos a todos, los compañeros que tuvieron problemas con la impresión de su cuadernillo de evidencias tuvieran la oportunidad de campo clínico de segundo nivel (lo adminto, hasta cierto punto me dió envidia... ¡lo sé!, soy una maldita). En el momento de elegir mi campo clínico no dude ni una pisca elegir el VIP HGZ Nº1 IMSS, ¡wow! sueño dorado de cualquier alumno de cuarto que está con un pie en el internado. Mi segunda rotación, para Pediatría la elegí en el HGZ Nº1 SSN, no es que lo desamerite, pero no me lo pasé muy bien, aunque es un buen hospital de enseñanza, adelante les cuento.

Volviendo a contarles de mi primer ciclo de campo clínico, me sentía muy emocionada, era mi primera vez en un hospital, me sentía niña grande, de tercero más bien, que ya hace prácticas profesionales, y mando la filipina al infinito y más allá para usar los sacos blancos y las batas médicas. Nuestro primer día, presentación con quien nos hizo la vida imposible el semestre pasado, nuestro amado jefe de enseñanza (quien por cierto, ¡pasamos Endócrino!, ¡pasamos Endócrino), se porto excelente, como que si fuera otra persona quien nos recibiera, hasta le llegamos a decir "papi", ¡nos regaló el hospital!, y nos impartió una míniclase de inducción al cargo que consistió en darnos rápidamente detalles de como se organiza el expediente clínico. Me sentía muy contenta. Pero había que dividir a la banda que rotaría, y "papi" decidió mandar a la mitad a Cirugía, y a la otra a Gineco-Obstetricia. Fue genial, me toco primero en la Tococirugía que emosión, aunque nuestra jefa inmediata adorada (todos nuestros jefes inmediatos de Gineco-Obste eran adorables, buenos médicos, claro que me refiero a los tres MIPs que muy amables y pacientes nos recibieron en su servicio) pensó que nos había pasado algo por haber durado tanto en el vestidor, pero ustedes comprenderan, la inexpericia de uno en sus primeros cruces de transfer, donde nos daba mucha pena vestirnos en el mismo lugar a la vista de todas, somo chicas, pero de todos modos. Por tardar tanto en el transfer, una gandalla pre-pre-MIP nos robó una OTB, ni modo no le guardo rencor. Nuestro primer día, y muy emocionadas queríamos ver todo, anotabamos todo, todo, todo, lo que aprendieramos. Había que mandar a alguien a la consulta de urgencias de Tococirugía, y las cuatro hermosas pre-pre-MIP, iniciaron a utilizar un sistema de democracia a base de disparejo, que resultó bastante efectivo, tal cual que nos duró toda la rotación. Maravillosa e increiblee ocasión, cuando preguntamos "Doctor que va a hacer" y el doctor nos contestó "una OTB", y nosotros llenas de entusiasmo "¿podemos entrar?" y el doctor nos dijó "¡Una de ustedes lavese!" ¡¡¡ah!!!! ¡¡¡que emoción una tendrá chance de ser primer ayudante, primer ayudante por primera vez!!!, sistema de democracia activado, ganó Mariel, y todas estabamos tan contentas y emocionadas, todas queríamos casi casi ayudarse a lavarse, solo faltó que cada quien la lavara en cada tiempo. Así transcurre nuestra rotación, que aunque ibamos de lunes a viernes de 7:00hrs a las 12:00hrs o más, nunca nos desalentó. Último día en la Tococirugía, "sale paciente" (no olvidaré eso), llega paciente embarazada, me deja mi jefa hacerle tacto, panzearla de principió a fin, cuidarla todo desde la mitad de su primer periodo, y me dijo "¡tú!, vas a atender el parto". ¡Qué emoción, que emoción, que emoción, que emoción!, juro que las manos me temblaban por extásis en ningún momento por miedo. Pero llega un personaje malvado, y me grita "¡NO DEJES A LA PRE-INTERNA ATENDER EL PARTO, NO SABE NADA, NO SE SABE NI SU NOMBRE!". ¿Qué?... ¡No entendí!.... ¡¡¡No!!!. Me sentí muy mal ¿ahora que iba a hacer con tantas ganas, con tanta adrenalina?, era mi primer regaño de hospital, mi primer "fuchi", mi primer ca... pero, recuerdo que todo el día estaba muy triste, primera vez que me gritaban en hospital, primera vez que me cortaban las alas, primera vez que como estudiante no era bien acogida. Con el tiempo lo superé. Se acabó la rotación de Gineco-Obste, es hora de subir de piso, ¡Cirugía bienvenida a mi vida!, fuímos divididos entre los días de la semana, y es hora de recibir mi segundo ca... por haberme dormido en los laureles y no estar atenta a donde estaba mi médico de base ( al que por cierto, adoro por toda la paciencia que me tuvo, por todo lo que me enseñó y por las oportunidades tan buenas de estar en quirófano). Después lo superamos, y hasta se aprendió mi nombre, y por circunstancias del destino mi segundo día, que oficialmente era mi primer día, llega lo máximo, por primera vez, en mi historia, en mi vida, fui primer ayudante, ¡wow,wow, wow! ¡increíble, primer día en quirófano, y primer ayudante!. Tal vez, para muchos jalar los separadores no es un honor, pero la emoción de estar ahí, de ver anatomía ¡viva! fue muy significativa. Con el tiempo, cada día disfrutaba mi estancia en Cirugía más y más y más , creo que me he enamorado (losé Milo, de todo me enamoro, One more time, de otra y de otra canción). Pasaron los días, y como dijera Victor y Leo "mi alegría paso", llegaron los R dios, con actitud de R3, muy salsas y toda la cosa (R1 como ninguno, R2 como Dios, R3 ni lo vez, R4...R4...¿qué frase hay para el R4?), pero gracias a la cohorte celestial que mi R (quien nos quitó la titularidad con nuestro médico de base), es una maravillosa persona y buen médico, me la pase muy bien siendo pre-pre-MIP de mi R. Pasaron los días, y llegamos a hacer los dueños del carrito del super, aunque el paciente de la Güera nunca me quiso, pero se conformó porque no había de otra. Aunque usted no lo crea, ¡video escandalo! donde en plena sesión general papi baila como changuito, casi ruedan cabezas, y soy la única estudiante que tiene regañadas de sus superiores a domicilio. Nos fuímos del IMSS llevandonos todo lo que pudimos aprender, contentos porque de verdad que es un buen hospital, y los médicos, a parte de excelentes y hacer unas sesiones de diagnóstico diferencial mejores que la de Dr. House, nos apoyaron bastante.

Tiempo de volver de vacaciones de primavera, tiempo de presentarse con el autor del capítulo de aracnoidismo del Martínez y Martínez de Pediatría. Fatal mi rotación por el servició, ir diario a perder el tiempo en un 50% de los días, éramos completamente recurso humano desperdiciado, amo y señor de las solicitudes de laboratorio e imageneología, dueños indiscutibles de las muestras de COPRO. El 50% de la rotación me la pase muy mal, el otro 50% fue muy bueno, tareitas pequeñitas como nuestros pacientes por parte de un buen médico en todo el sentido de la palabra de origén inglés, lástima que él no era mi médico de base con el que rotaba realmente. Pasamos de noche en la rotación, sin pena ni gloria, y al final huyendo como delicuentes. Me gustaron mucho las sesiones generales, las dadivas de los representantes de laboratorio no estaban nada mal, y alcanzaban para nosotros (si nos viera nuestra adorada sensei, como venimos a formar parte del sistema corrupto de una de las industrias más poderosas del mundo), todos salíamos como niños con juguete nuevo después de las sesiones generales, aunque siempre hacía falta la contraparte, el que le discutiera al ponente y se encargará de destrozarle la plática como sucedía en el IMSS (es que eso era muy bueno, ahí nadie podía dar paso sin guarache, diapo presentada, tiene que ser diapo referenciada 100% comprobada prácticamente. Acá es como que únicamente van a hacerse como el tercero C en cualquier clase, a dormise o a mostras pacividad absoluta). Cambió de servicio, vamos Cirugía (¡eh, eh, eh!), primer día, y llegando tarde al pase de visita, bueno, no sabíamos como se gastaban las cosas por esos rumbos. Los pre-pre-MIPs tecos nos escanean, pero ni crean que nos dejaremos que ellos por sus gónadas nos manden a hacer historias clínicas. En Cirugía deciden que somos muchos y que nos vamos en la noche, lo que es genial para escaparce de ese gran autor de patologías causadas por arañas. Guardias que no tienen nombre, todos casos de urgencia mejores de ER, nos pasamos a convertir en hijos de R4 Nacho y yo "hijo jalale con huevos, hijo empuja con huevos, mijita vas lavate, mijita agarrate esa sonda". Guardias hermosas, quiero volver, estoy enamorada de ese servicio. Terminando nuestros días de prácticas, armamos una persecusión a nuestro tutor para recabar las firmas y escondernos del que escribe de las arañas violinistas.

Hora de la verdad, hora de los examenes, hora de casi reprobar Pediatría (todavía no lo supero). Inició el mundial, nuestra selección juega como nunca, y le va como siempre. Hora de cerrar el ciclo, de términar los pendientes, de hacer trabajos a marchas forzadas, de salir adelante con la pocas ganas y energías que quedan, hora del todo por el todo, es el momento el que nos separá de ser niños grandes. Hora del trabajo final de MBE, ¡santo cielo!. Nunca, pero realmente nunca, habíamos pasado por tanto en tan poco, nuestro 25% en incapacidad, otro porcentaje de la greña. ¡Dios del cielo soberano creador!, ¿cómo es posible que seá el día de entrega del trabajo final y nosotros no tenemos ni el 50% dijera mi grupo consentido "matenme porque me muero", caímos en la saberbia desorganización. Siete horas continuas de trabajo a marchas forzadas, y aunque suene imposible ó dificil de creer, ¡sin platicar! en la biblioteca de la escuela. ¡Drama, drama, drama, drama!, aquí los eventos de la tregedia: 1.- Nuestro 25% incapacitado, muy tristes estamos. 2.- 25% en pronóstico sufriendo por las deficiencias estadísticas. 3. -Porcentaje peleado, y la mitad en pleno paro laboral. 4.- Porcentaje que supuestamente termino, no adjunto la muy burra (osea yo), regresó maratónico a mi casa, donde descubro que no hay red, y tengo que hacer circo y pataleta para que finalmente mi adorado Ed me prestara su USB, y corre, corre a la escuela, son las 17:20. Terminamos, como pudimos, en los últimos mínutos nadie le pone peros a la redacción. Procedemos a quemar muy convencidas nuestro CD, ¡sorpresa, sorpresa! no es en formato electrónico ¡¿qué rayos?! pregunté el lunes al facilitador y me confirmó que sí, pero pues que siempre no, ni modo, corre, corre, corre a imprimir (te pasas Shuy, si te mande a entregar el disco fue para que explotaras tu encanto, pero ahora corre a entregar el trabajo impreso). Quedamos como cucarachas fumigadas, literal. Todo en poco tiempo y en tanta prisa, Dios nos ampare. Muy angustioso cierre de semestre, muy angustioso trabajo final, muy angustiosas situaciones, pero al final lo logramos, ¡terminamos!. Dentro de lo malo, algo muy bueno, sabemos que podemos trabajar muy rápido, pero creo que ya lo habíamos comprobado, cuando nos hacíamos pato con los horribles trabajos de comunidad que terminabamos de un día para otro y que por cierto, nos quedaban tan bien; el de este semestre ni me pregunten, me avergüenza bastante, pero si algo tengo algo con que defenderme... ¡Paul, ¿dónde estas?!. Reconosco que como equipo no tuvimos los mejores resultados, nos confiamos de nuestra capacidad de trabajar rápido, y los tiempos se nos vinieron a la espalda, pero siempre hay oportunidad para mejorar, mientras se tenga vida hay que esforzarse para ser mejores, y no perder las pilas, por más que nos cansemos.

Fuera de cierta situación negativa, en la cual estuve estrechamente involucrada en muy mala hora en técnicas quirúrgicas, fue muy buen semestre en cuestión de práctica clínica que es la parte más motivante del asunto, en cuestión acedémica ni me pregunte, los resultados fueron pero que el huracan Katrina de lo feos que estuvieron. Aprovechando mi espacio, por sí alguna vez alguien de mis compañero visitara, quiero aclarar que absolutamente nadie resulto con ventaja en cuestiones del segundo parcial, bueno creo que sí , más no en el segundo, pero ya no quiero remover el agua. Sin embargo, que quede claro que los responsables de la situación no salieron beneficiados en lo absoluto, (en teoría nadie debió salir beneficiado, porque nuestro segundo parcial no contó, pero...). Buen semestre en algunas cosas, aprendí mucho en clínica, me descubrí que amo la Obstetricia, lástima que se coma junto con pegado a la Ginecología, que aunque no es de mis afectos pasa. También personalmente, en este periódo me sucedió de todo, pero pienso que hay que aprovechar para aprender hasta de lo que menos puedes esperar, fueron cosas que ni mis ex-adorados astros hubieras podido adivinar.

Puedo decir, que llegó el tiempo de dejar de hacer burradas y perder nuestro sagrado tiempo que no sea en cuestiones de estudio y sueño, y no es amenaza es la realidad, o lo hacemos o nos quedamos atrás. Es hora de ser el espejo de los de primer año, la envidia de los de tercero porque somos dueños del título de Pre-MIP, no de pre-pre-MIP como nos dicen con burla las enfermeras mala onda. Muchas responsabilidades, nuevo ciclo, y algo de ansiedad, más bien bastante.

Gracias por leerme, trataré en mis últimas vacaciones de verano en mi vida ,seguir poniendo al día mi blog.

ºººeldattaººº